Durante el período de Menfis uno de los grandes dioses fue Ptah. Considerado como el creador de todo. Suponían los egipcios que estaba encarnado en el buey apis, animal sagrado al que se veneraba y a quien lo sacerdotes rodeaban de cuidados especiales. Posteriormente, Ra, dios Sol, fue considerado como poderosa deidad. Era considerado por los egipcios como el jefe de todos los dioses. Del Caos primitivo separó el cielo, la tierra, el aire y el agua. El cielo y la tierra engendraron dos parejas: Osiris e Isis; y Set y Neftis. La primera pareja introdujo la civilización al mundo; y la segunda, el mal y la muerte.
Ra tenía el cielo por residencia, navegaba en dos barcas distintas; una en el día y otra en la noche. Osiris, subordinado a Ra, era el dios de la vegetación, de la fuerza fertilizadora del Nilo; y se le llegó a considerar como vencedor de la muerte y el dios de la resurrección. Enseñó a los hombres las artes de la pesca y el cultivo de la tierra. Su hermano Set lo asesinó, cortando su cuerpo en pedazos, que arrojó por todos los rumbos. Isis, esposa de Osiris, ayudada por su hijo Horus y por los dioses Tot y Anubis recogió todos los pedazos y formó una momia. Horus y Tot le devolvieron la vida, con mágicas ceremonias; pero Osiris no volvió a habitar entre los hombres y pasó a la morada de los dioses, donde juzga a las almas de los muertos y elige a los buenos para que a su lado disfruten de la felicidad de los dioses.