Fábula
Una gallina vio unos huevos de culebra.
- ¡Pobrecitos! - dijo la gallina - no tienen quien los caliente; pero no se morirán, aquí estoy, les serviré de madre.
Diciendo esto cubrió los huevos con su cuerpo dándoles calor con sus plumas.
Al tiempo nacieron las culebritas, y como tenían mucha hambre, se lanzaron sobre la gallina y la mataron para comérsela.