El café, bebida intelectual por excelencia.
Así describe el Dr. David Joaquín Guzmán, a la bebida preparada
con los granos de cafeto. Aseveración cierta o no, pero que merece nuestra
consideración.
Su recolección ha sido motivo de inspiración, tal como sucede con
la composición titulada: “Las cortadoras”, de Francisco Antonio Lara Hernández,
conocido como Pancho Lara, escritor salvadoreño nacido en el departamento de
Santa Ana, y de manera específica en la Hacienda La Presa, antes de que formara
parte de lo que hoy es el municipio de El Congo, su asiento de nacimiento se
encuentra en Armenia, departamento de Sonsonate.
Origen
Se cree que Etiopía fue la cuna del café y los árabes quienes se
encargaron de expandirlo. El origen de su cultivo está rodeado de abundantes
aspectos mitológicos; pero no se precisa una fecha exacta. El Ingeniero
Agrónomo Gabriel Gómez (mexicano), autor de “Cultivo y beneficio del café”,
recopila información relacionada, que vale la pena considerar y estudiar
(Revista de Geografía Agrícola).
En el siglo XVII el cultivo del cafeto era desconocido en América;
lo que no es óbice para aseverar que otras regiones del planeta, especialmente
África (Etiopía) sí lo conocían.
Se dice que fue un alférez de la marina francesa quien lo introdujo
en el continente. Resulta que a Mr. Declieux, le confiaron bajo su cuidado el
transporte de dos arbolitos traídos de Arabia
en su viaje hacia la isla francesa de Guadalupe. Durante el viaje el agua
escaseó; relatan que el alférez utilizó su ración del vital líquido, para
salvar las plantitas que estaban a punto de perecer; logrando así, que llegaran
a salvo a las Antillas, donde fueron cultivadas con éxito, pues lograron
adaptarse al suelo y clima de la región. Posteriormente se propago a las
tierras fértiles de Centro América continental y América del Sur.
Historia
del cultivo en El Salvador
En El Salvador se cultiva café desde la época colonial (se
desconoce la fecha en que se introdujo), según un informe del año 1824 en
algunas comunidades rurales lo cultivaban, pero para consumo local; sin
embargo, es hasta los años de 1840 a 1850, en que se piensa en su exportación,
ello debido a la crisis de los precios del añil en el mercado.
Según David Browning, su importancia económica fue demostrada, supuestamente,
por un inmigrante brasileño, Antonio Coelho, quien en el año de 1840 compró una
hacienda (la llamó “La Esperanza”) en las afueras de San Salvador, y ahí plantó
cafeto.
En atención a la importancia que dicho cultivo conseguía de manera
gradual, el Decreto Legislativo, publicado en el Diario Oficial (se denominó
originalmente Gaceta Oficial) del 13 de marzo de 1847, consideraba entre otras
cosas, lo siguiente:
“Considerando que los salvadoreños por inclinación y por las
condiciones naturales del país, están llamados a dedicarse a la agricultura,
más que a cualquier otra forma de ocupación; que las estimaciones del valor del
añil y del azúcar han deteriorado, y que es necesario estimular la producción
de otras cosechas con exenciones y premios y que en la actualidad se está
experimentando con el café…”
Ahora bien, los primeros granos de café son exportados a fines del
año 1855. Al crearse (año 1856) el primer colorante sintético en Europa, el
añil fue perdiendo poco a poco su importancia como producto de exportación.
A fin de promover el cultivo del café, el General Gerardo Barrios
(1859 – 1865), mediante decreto otorgaba terrenos baldíos en la zona de Santa
Tecla (Nueva San Salvador, fundada después del terremoto de 1854 en San Salvador)
a quienes se comprometían a cultivar dos tercios de la extensión del terreno
con el relacionado cultivo.
En la década de 1890 el café representaba el 80 por ciento de las
exportaciones. Haber adoptado al café como principal producto de exportación,
tuvo efectos positivos en la economía, mejoró la capacidad del Estado para
cobrar impuestos; asimismo, impulsó el cambio en la forma de tenencia de la
tierra y se empezó a desarrollar el sistema bancario. Su cultivo está en crisis
en la actualidad, por asuntos de orden político (reforma agraria) y económico
(costos de producción y bajos precios en el mercado internacional), pero
además, por el ataque de las plagas, especialmente la roya del cafeto, la que
ha dañado los cafetales en El Salvador y otros países.
Especies
Existen diferentes especies de cafetos originarias de África
tropical (Congo), Islas Macareñas, Asia; sin embargo, el más conocido es el de Arabia (Coffea arabica) y que por supuesto tiene distintas variedades,
entre las que se citan: Moka, Borbón, Martinica, Brasil, Java, Haití, México y
Centroamérica.
Componentes,
propiedades y beneficios
El grano de café tiene distintos componentes, entre los que
sobresalen: materias grasas, glucosa, cafeína, trigonelina, ácido cafetánico,
aceites esenciales aromáticos, sustancias minerales, celulosa, ácido quínico y
clorogénico, dextrina y agua. El contenido de la bebida en una taza contiene
magnesio, riboflavina, ácido pantoténico, manganeso, potasio y niacina. Es un
estimulante energético; al punto de ser considerada como la bebida intelectual
por excelencia, pues ayuda a coordinar las ideas, propiciando un flujo de las
mismas, de manera clara y abundante.
La cafeína es el principio más importante del café; se usa para
combatir jaqueca y neuralgias y hasta como reconstituyente. En relación a la
Trigonelina, ha recibido especial atención, pues a este componente se le
atribuyen propiedades antitumorales (anticancerígenos). Sobre el ácido
clorogénico, presente en la bebida, se dice que tiene efectos antioxidantes; de
ahí, que su consumo protege las neuronas de los radicales libres (dañan las
células del organismo). A la bebida preparada con los granos de cafeto se le
atribuyen diferentes propiedades medicinales preventivas; reducen el riesgo de
padecer diabetes tipo II, demencia y enfermedad de Parkinson (Alzheimer).
Efectos
adversos
Existen muchos mitos, desde que provoca migraña, insomnio, en fin;
sin embargo, cada persona conoce su organismo y la reacción que le provoca su
consumo; muchos dicen que tomar café es dañino, sin embargo, no es el café en
sí mismo, sino que depende de cada organismo. Ahora bien, de los efectos
negativos, los que más llaman la atención, son los siguientes:
a) El consumo excesivo de cafeína afecta la capacidad reproductiva
en la mujer.
b) Las mujeres que consumen café en exceso, durante el embarazo
corren el riesgo de tener hijos con bajo peso al nacer.
El café es una bebida disfrutada por miles de salvadoreños;
independientemente de sus beneficios, simplemente es una costumbre, un hábito,
al que por supuesto, muchos llaman adicción.
No en todas las personas producirá efectos adversos, ahora bien,
de sentirlos, lo mejor evitar su uso. Sí es importante que cualquier duda con
respecto al uso de esta bebida o malestar que provoque, se consulte con un
médico, él tiene la capacidad (facultado) para recomendar su uso o no.