sábado, 25 de enero de 2014
sábado, 11 de enero de 2014
El viejo, el niño y el burro
Fábula
Un
buen día, el viejo molinero y su nieto iban camino al pueblo. Los acompañaba el
asno, trotando alegremente.
Habían
andado un corto trecho cuando se cruzaron con un grupo de muchachas.
-Miren
eso -dijo una de ellas, riendo-.
- ¡Qué
par de tontos! Tienen un burro y van a pie...
El
viejo entonces le pidió al nieto que montara en el animal y siguieron el viaje.
Más
adelante, pasaron junto a unos ancianos que discutían acaloradamente.
-¡Aquí
está la prueba de que tengo razón! -dijo uno de ellos señalando al molinero y
compañía-. Ya no se respeta a los mayores. ¡Miren si no a ese niño, tan cómodo
sobre el burro, y el pobre viejo, camina que camina!
Entonces
el molinero hizo bajar al nieto y se acomodó sobre el asno.
Al
rato, se toparon con un grupo de mujeres y niños. Y escucharon un coro de
protestas:
-¡Dónde
se ha visto!
-¡Qué
viejo perezoso y egoísta!
-Él
va muy cómodo, mientras al pobre niño no le dan las piernas para seguir el
trote del burro...
El
molinero, con santa paciencia, le dijo al chico que se acomodara detrás de él,
en la grupa del animal.
Cerca
del pueblo, un hombre le preguntó:
-Ese
burro, ¿es suyo?
-Así
es, señor.
-Pues
no lo parece, por la forma en que lo ha cargado. Más lógico sería que ustedes
dos cargaran con él, y no él con ustedes.
-Trataremos
de complacerlo -dijo el molinero.
Desmontaron
ambos, ataron las patas del asno con unas cuerdas, las ensartaron con un palo
y, sosteniendo el palo sobre sus hombros, siguieron camino.
La
gente jamás había visto algo tan ridículo y empezó a seguirlos.
Al
llegar a un puente, el ruido de la multitud asustó al animal que empezó a
forcejear hasta librarse de las ataduras. Tanto hizo que rodó por el puente y
cayó en el río. Cuando se repuso, nadó hasta la orilla y fue a buscar refugio
en los montes cercanos.
El
molinero, triste, se dio cuenta de que, en su afán por quedar bien con todos,
había actuado sin el menor seso y, lo que es peor, había perdido a su querido
burro.
viernes, 11 de octubre de 2013
lunes, 7 de octubre de 2013
domingo, 6 de octubre de 2013
viernes, 20 de septiembre de 2013
Los huertos caseros o escolares
Definición:
Es una extensión de terreno donde se cultivan verduras legumbres.
Aspectos que se deben tomar en cuenta
para que un huerto funcione bien.
a)
Aplicar técnicas adecuadas.
b)
Cuidarlo constantemente.
c)
Trabajar en familia y con proyección hacia la comunidad.
¿Cómo hacer el huerto?
I.- Preparar el suelo.
Se
debe escoger un sitio y realizar drenaje si es necesario, arando, rastrillando
y surcando.
a)
Los drenajes se hacen en suelos arcillosos que se enlagunan durante épocas de
lluvia.
Este
suelo se mejora haciendo surcos de 15 ó 20 metros, con una profundidad de 30 ó
40 cm.
b)
El arado permite romper el suelo y eliminar insectos y malezas. La profundidad
varía entre 20 ó 30 cm.
c)
La rastrillada sirve para pulverizar el suelo. Se realiza 8 ó 12 días después
de arar para que se destruyan las malezas e insectos al exponerse al sol.
Cuando
el terreno lo necesita se debe abonar.
d)
Surcar sirve para demarcar los sitios donde quedarán las hileras de plantas.
Para
estas actividades se necesita pico o piocha, pala, azadón y rastrillo.
II.- Abonar el suelo.
La
mayoría de suelos necesitan abono. Se debe aprender a prepararlo.
a)
Conseguir un basurero o una caja de madera de más de 50 cm. de alto.
b)
Con un balde recoger excremento de vaca, cerdo o caballo y depositarlo dentro
de la caja.
c)
Cortar pasto, malezas y sobrantes de alimentos, como cáscaras de frutas y
verduras. Picar todo y agregarlo a los excrementos. (Por una porción de
estiércol se agregan 7 de desecho)
d)
Agregar medio balde de agua y espolvorear un puñado de cal.
e)
Revolver todos los ingredientes con un palo ancho.
f)
Tapar con una tabla durante 10 días para que se fermente el abono.
g)
Destapar y colocar el abono cerca del sitio donde están las gallinas para que
se coman los gusanos, lombrices y otros animales que se hayan desarrollado. Ya
está preparado el abono orgánico.
Construcción de un semillero.
Los
semilleros son sitios donde se colocan las semillas proporcionándoles los
cuidados necesarios para su germinación y crecimiento hasta que sean
trasplantadas a un huerto.
El
tomate, el cilantro, la coliflor, el repollo y la lechuga, son algunos de los
vegetales que se siembran en el semillero.
El
semillero se puede preparar en cajones:
a)
Construir una caja de 1m de largo por 75 cm de ancho y 20 cm de profundidad.
b)
Llenar los cajones con una mezcla de tierra negra, estiércol descompuesto o
seco y arena.
c)
Las semillas se depositan en pequeños surcos de 1 ó 2 cm de profundidad.
d)
Colocar zacate seco o ramas de palmera en la superficie de la caja para no
remover tierra cuando se riegue o llueva.
Regar
el semillero una vez al día, preferiblemente en la tarde. Cuando la semilla
germine retirar el zacate o las hojas de palmera.
Después
de tres o cuatro semanas las plántulas tendrán entre 12 ó 15 cm de alto.
e)
Una semana después antes de cambiarlas de lugar se debe suspender el riego para
endurecer las plántulas y favorecer el trasplante.
Recomendaciones:
1.-
El semillero debe ubicarse cerca de la casa o en un sitio donde pueda cuidarse.
2.-
El área no debe estar sombreada.
3.-
Se debe proteger contra animales domésticos.
4.-
El terreno debe ser plano y bien nivelado.
5.-
Se debe regar diariamente.
6.-
Cuando se siembre tomate o frijol de enredadera, se coloca un soporte.
Trasplante.
Cuando las semillas hayan formado las
plantitas, están listas para ser trasplantadas al suelo preparado.
1.-
Sacar las plantitas con la raíz y colóquenlas en canastos en cuyo fondo haya
hojas de periódico húmedo.
2.-
Abran agujeros en el suelo, de unos 2 cm de profundidad y separados entre sí.
Colocar
las plantas procurando que la raíz quede extendida.
3.-
Sembrar las plantas, debiendo regar por la mañana y por la tarde durante ocho
días; después sólo una vez al día.
Algunos
cultivos no necesitan de semilleros y se pueden sembrar directamente. Es el
caso del rábano, la cebolla, el ajo, el camote, la remolacha y los nabos.
EL CUIDO DE LOS CULTIVOS.
1.-
Regar todos los días los cultivos en las horas de la mañana. El agua debe caer
de manera directa la tierra y no encima de las plantas.
2.-
Quitar las malezas que nacen alrededor de las plantas, porque ellas les quitan
los nutrientes y evitan el buen desarrollo del cultivo.
3.-
Controlar la presencia de insectos o enfermedades en las plantas, utilizando
fungicidas naturales. Eliminar las hojas secas y deterioradas del cultivo.
4.-
Vigilar que los animales domésticos no se acerquen a los cultivos, pueden
causarle daño.
5.-
Aporcar. Cuando las plantas hayan crecido remover con el azadón la tierra del
surco y amontonarla a su alrededor.
6.-
Realizar una observación o estudio del suelo para verificar si necesita más
abono.
7.-
La cosecha se debe recoger en las horas de la mañana o al caer la tarde.
Almacenar
los productos en lugares frescos, húmedos y bien ventilados.
Utilidades de las plantas del huerto.
Las plantas, además de ser
una rica e importante fuente de alimentos, sirven también para aliviar algunas
enfermedades comunes.
jueves, 19 de septiembre de 2013
martes, 10 de septiembre de 2013
lunes, 9 de septiembre de 2013
Elementos esenciales del suelo para el desarrollo de las plantas
Las plantas superiores obtienen
la mayor parte del carbono
y oxígeno de
manera directa del aire; ello a través del proceso de fotosíntesis.
El hidrógeno de manera directa o indirecta del
agua del suelo.
Todos los demás elementos
(excepto en pocos casos) son obtenidos de los sólidos del suelo.
De los trece elementos esenciales
considerados en la tabla anterior, seis de ellos son los más usados por las
plantas, de ahí el nombre de macronutrientes (N, P, K, Ca, Mg y S).
El nitrógeno (N), fósforo (P) y
potasio (K) se le proporcionan al suelo, generalmente mediante el uso de
fertilizantes.
El calcio (Ca) y magnesio (Mg),
generalmente en forma caliza, por ello se les denomina elementos CALCÁREOS.
El azufre (S) existe en el agua
lluvia y en el suelo; lo mismo que en algunos fertilizantes como estiércol, superfosfato[1]
y sulfato de amonio.[2]
El hierro (Fe), manganeso (Mn),
boro (B), molibdeno (Mo), cobre (Cu), cinc (Zn) y cloro (Cl), son utilizados en
pequeñas cantidades por las plantas (superiores), por ello se les llama “micronutrientes”.
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