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domingo, 30 de octubre de 2016

Egipto (mitología)

Durante el período de Menfis uno de los grandes dioses fue Ptah. Considerado como el creador de todo. Suponían los egipcios que estaba encarnado en el buey apis, animal sagrado al que se veneraba y a quien lo sacerdotes rodeaban de cuidados especiales. Posteriormente, Ra, dios Sol, fue considerado como poderosa deidad.  Era considerado por los egipcios como el jefe de todos los dioses. Del Caos primitivo separó el cielo, la tierra, el aire y el agua. El cielo y la tierra engendraron dos parejas: Osiris e Isis; y Set y Neftis. La primera pareja introdujo la civilización al mundo; y la segunda, el mal y la muerte.

Ra tenía el cielo por residencia, navegaba en dos barcas distintas; una en el día y otra en la noche. Osiris, subordinado a Ra, era el dios de la vegetación, de la fuerza fertilizadora del Nilo; y se le llegó a considerar como vencedor de la muerte y el dios de la resurrección. Enseñó a los hombres las artes de la pesca y el cultivo de la tierra. Su hermano Set lo asesinó, cortando su cuerpo en pedazos, que arrojó por todos los rumbos. Isis, esposa de Osiris, ayudada por su hijo Horus y por los dioses Tot y Anubis recogió todos los pedazos y formó una momia. Horus y Tot le devolvieron la vida, con mágicas ceremonias; pero Osiris no volvió a habitar entre los hombres y pasó a la morada de los dioses, donde juzga a las almas de los muertos y elige a los buenos para que a su lado disfruten de la felicidad de los dioses.

Hindúes (mitología)

Según la mitología hindú, lo primero que existió fue un huevo de oro; de este nació el dios Brahma. Fue él quien creo cielo, tierra, sol, luna, estrellas, animales, plantas y por supuesto al hombre. A este último le infundió espíritu por medio de un soplo y así fue como cada uno lleva una parte del dios.

En Brahma están concentrados los tres grandes poderes; crear, conservar y destruir. El primero está representado por el mismo Brahma, el segundo por Vischnu y el tercero, por Siva. Estos poderes se manifiestan en las cosas. La mitología hindú tiene cuatro dioses más: 
a) Indra: dios del cielo, lluvia, trueno, rayo, relámpago, tormentas. 
b) Agni: dios del fuego.
c) Yama: dios de los infiernos.
d) Surya: dios del sol.

Mesopotamia (mitología)

Los babilonios divinizaron la tierra, ríos, montañas, viento; sobre todo, a los astros, donde según ellos moraban los dioses más terribles. 

En los primeros tiempos de Súmer y Acad cada una de las grandes ciudades de la mesopotamia tuvo dioses particulares. Cuando Babilonia dominó todo el territorio de Caldea, Marduc fue el principal dios y se impuso a los anteriores, de los tiempos de Súmer y Acad que eran dos poderosas trinidades, la primera, Anu (el cielo), Entil (el aire) y Ea (el agua); la segunda, Sin (la luna), Shamash (el sol) e Ishtar (Venus), esta última, diosa de la belleza, del amor y la fecundidad.

Al dios Marduc se le consideró como hijo de Ea y se le rindió culto como rey de los dioses, siendo este dios el que intervino en la formación del mundo. 

Antes de nacer los dioses, solo existía el Caos, Tiamat, quien en un día, cansado del desorden, engendró a los dioses y estos crearon el cielo, la tierra, el mar y los hombres para que les sirvieran. 

El Caos se arrepintió de su obra y para destruirla, luchó contra los dioses, quienes lo vencieron, gracias a la intervención de Marduc, quien mató al Caos. Después Marduc reunió a una asamblea de dioses y fue reconocido como jefe. Marduc residía en el planeta Júpiter.

Los babilonios creían que cada hombre tenía un genio protector que lo acompañaba siempre, que cumplía su compromiso con los dioses. De lo contrario, el genio se retiraba y el dios agraviado le mandaba un demonio que se introducía en el cuerpo y lo torturaba. Para librarse del demonio, los hombres podían acudir a los magos, quienes lo ahuyentaban por medio de palabras, gestos y ciertas fórmulas. Para precaverse del demonio, los babilonios usaban amuletos protectores.

Los muertos se iban al lado de Nergal, dios del país de donde no se vuelve, rodeado de murallas y protegido por guardianes. El cadáver se enterraba debajo de una de las habitaciones de la casa y todos los meses los parientes le ofrecían sacrificios para evitar que se convirtiera en un demonio.