Páginas

miércoles, 25 de octubre de 2017

El café una bebida popular en El Salvador

El café, bebida intelectual por excelencia.

Así describe el Dr. David Joaquín Guzmán, a la bebida preparada con los granos de cafeto. Aseveración cierta o no, pero que merece nuestra consideración.

Su recolección ha sido motivo de inspiración, tal como sucede con la composición titulada: “Las cortadoras”, de Francisco Antonio Lara Hernández, conocido como Pancho Lara, escritor salvadoreño nacido en el departamento de Santa Ana, y de manera específica en la Hacienda La Presa, antes de que formara parte de lo que hoy es el municipio de El Congo, su asiento de nacimiento se encuentra en Armenia, departamento de Sonsonate.

Origen

Se cree que Etiopía fue la cuna del café y los árabes quienes se encargaron de expandirlo. El origen de su cultivo está rodeado de abundantes aspectos mitológicos; pero no se precisa una fecha exacta. El Ingeniero Agrónomo Gabriel Gómez (mexicano), autor de “Cultivo y beneficio del café”, recopila información relacionada, que vale la pena considerar y estudiar (Revista de Geografía Agrícola).

En el siglo XVII el cultivo del cafeto era desconocido en América; lo que no es óbice para aseverar que otras regiones del planeta, especialmente África (Etiopía) sí lo conocían.

Se dice que fue un alférez de la marina francesa quien lo introdujo en el continente. Resulta que a Mr. Declieux, le confiaron bajo su cuidado el transporte de dos arbolitos traídos de Arabia en su viaje hacia la isla francesa de Guadalupe. Durante el viaje el agua escaseó; relatan que el alférez utilizó su ración del vital líquido, para salvar las plantitas que estaban a punto de perecer; logrando así, que llegaran a salvo a las Antillas, donde fueron cultivadas con éxito, pues lograron adaptarse al suelo y clima de la región. Posteriormente se propago a las tierras fértiles de Centro América continental y América del Sur.

Historia del cultivo en El Salvador

En El Salvador se cultiva café desde la época colonial (se desconoce la fecha en que se introdujo), según un informe del año 1824 en algunas comunidades rurales lo cultivaban, pero para consumo local; sin embargo, es hasta los años de 1840 a 1850, en que se piensa en su exportación, ello debido a la crisis de los precios del añil en el mercado.

Según David Browning, su importancia económica fue demostrada, supuestamente, por un inmigrante brasileño, Antonio Coelho, quien en el año de 1840 compró una hacienda (la llamó “La Esperanza”) en las afueras de San Salvador, y ahí plantó cafeto.

En atención a la importancia que dicho cultivo conseguía de manera gradual, el Decreto Legislativo, publicado en el Diario Oficial (se denominó originalmente Gaceta Oficial) del 13 de marzo de 1847, consideraba entre otras cosas, lo siguiente:

“Considerando que los salvadoreños por inclinación y por las condiciones naturales del país, están llamados a dedicarse a la agricultura, más que a cualquier otra forma de ocupación; que las estimaciones del valor del añil y del azúcar han deteriorado, y que es necesario estimular la producción de otras cosechas con exenciones y premios y que en la actualidad se está experimentando con el café…”

Ahora bien, los primeros granos de café son exportados a fines del año 1855. Al crearse (año 1856) el primer colorante sintético en Europa, el añil fue perdiendo poco a poco su importancia como producto de exportación.

A fin de promover el cultivo del café, el General Gerardo Barrios (1859 – 1865), mediante decreto otorgaba terrenos baldíos en la zona de Santa Tecla (Nueva San Salvador, fundada después del terremoto de 1854 en San Salvador) a quienes se comprometían a cultivar dos tercios de la extensión del terreno con el relacionado cultivo.

En la década de 1890 el café representaba el 80 por ciento de las exportaciones. Haber adoptado al café como principal producto de exportación, tuvo efectos positivos en la economía, mejoró la capacidad del Estado para cobrar impuestos; asimismo, impulsó el cambio en la forma de tenencia de la tierra y se empezó a desarrollar el sistema bancario. Su cultivo está en crisis en la actualidad, por asuntos de orden político (reforma agraria) y económico (costos de producción y bajos precios en el mercado internacional), pero además, por el ataque de las plagas, especialmente la roya del cafeto, la que ha dañado los cafetales en El Salvador y otros países.

Especies

Existen diferentes especies de cafetos originarias de África tropical (Congo), Islas Macareñas, Asia; sin embargo, el más conocido es el de Arabia (Coffea arabica)  y que por supuesto tiene distintas variedades, entre las que se citan: Moka, Borbón, Martinica, Brasil, Java, Haití, México y Centroamérica.   

Componentes, propiedades y beneficios

El grano de café tiene distintos componentes, entre los que sobresalen: materias grasas, glucosa, cafeína, trigonelina, ácido cafetánico, aceites esenciales aromáticos, sustancias minerales, celulosa, ácido quínico y clorogénico, dextrina y agua. El contenido de la bebida en una taza contiene magnesio, riboflavina, ácido pantoténico, manganeso, potasio y niacina. Es un estimulante energético; al punto de ser considerada como la bebida intelectual por excelencia, pues ayuda a coordinar las ideas, propiciando un flujo de las mismas, de manera clara y abundante.

La cafeína es el principio más importante del café; se usa para combatir jaqueca y neuralgias y hasta como reconstituyente. En relación a la Trigonelina, ha recibido especial atención, pues a este componente se le atribuyen propiedades antitumorales (anticancerígenos). Sobre el ácido clorogénico, presente en la bebida, se dice que tiene efectos antioxidantes; de ahí, que su consumo protege las neuronas de los radicales libres (dañan las células del organismo). A la bebida preparada con los granos de cafeto se le atribuyen diferentes propiedades medicinales preventivas; reducen el riesgo de padecer diabetes tipo II, demencia y enfermedad de Parkinson (Alzheimer).

Efectos adversos

Existen muchos mitos, desde que provoca migraña, insomnio, en fin; sin embargo, cada persona conoce su organismo y la reacción que le provoca su consumo; muchos dicen que tomar café es dañino, sin embargo, no es el café en sí mismo, sino que depende de cada organismo. Ahora bien, de los efectos negativos, los que más llaman la atención, son los siguientes:

a) El consumo excesivo de cafeína afecta la capacidad reproductiva en la mujer.
b) Las mujeres que consumen café en exceso, durante el embarazo corren el riesgo de tener hijos con bajo peso al nacer.

El café es una bebida disfrutada por miles de salvadoreños; independientemente de sus beneficios, simplemente es una costumbre, un hábito, al que por supuesto, muchos llaman adicción.


No en todas las personas producirá efectos adversos, ahora bien, de sentirlos, lo mejor evitar su uso. Sí es importante que cualquier duda con respecto al uso de esta bebida o malestar que provoque, se consulte con un médico, él tiene la capacidad (facultado) para recomendar su uso o no. 

Este artículo se encuentra publicado en otra plataforma (http://www.articulo.tv/El-cafe-bebida-intelectual-por-excelencia_25087).

miércoles, 19 de abril de 2017

Conjugación del verbo "oír"

INFINITIVO: oír
GERUNDIO: oyendo
PARTICIPIO: oído
INFINITIVO COMPUESTO: haber oído
GERUNDIO COMPUESTO: habiendo oído

MODO INDICATIVO
TIEMPOS SIMPLES

Presente
Yo oigo
Tú oyes
Él oye
Nos. oímos
Vos. oís
Ellos oyen

Pretérito imperfecto
Yo oía
Tú oías 
Él oía
Nos. oíamos
Vos. oíais
Ellos oían

Pretérito (perfecto simple, indefinido)
Yo oía
Tú oíste 
Él oyó
Nos. oímos
Vos. oísteis
Ellos oyeron

Futuro
Yo oiré
Tú oirás 
Él oirá
Nos. oiremos
Vos. oiréis
Ellos oirán

Condicional (Pospretérito)
Yo oiría
Tú oirías 
Él oiría
Nos. oiríamos
Vos. oiríais
Ellos oirían

MODO INDICATIVO
TIEMPOS COMPUESTOS

Pretérito perfecto (Antepresente)
Yo he oído
Tú has oído 
Él ha oído
Nos. hemos oído
Vos. habéis oído
Ellos han oído

Pretérito pluscuamperfecto (Antecopretérito)
Yo había oído
Tú habías oído
Él había oído
Nos. habíamos oído
Vos. habíais oído
Ellos habían oído

Pretérito anterior (Antepretérito)
Yo hube oído
Tú hubiste oído
Él hubo oído
Nos. hubimos oído
Vos. hubisteis oído
Ellos hubieron oído

Futuro perfecto (Antefuturo)
Yo habré oído
Tú habrás oído
Él habrá oído
Nos. habremos oído
Vos. habréis oído
Ellos habrán oído

Condicional perfecto (Antepospretérito)
Yo habría oído
Tú habrías oído
Él habría oído
Nos. habríamos oído
Vos. habríais oído
Ellos habrían oído

MODO SUBJUNTIVO
TIEMPOS SIMPLES

Presente
Yo oiga
Tú oigas 
Él oiga
Nos. oigamos
Vos. oigáis
Ellos oigan

Pretérito imperfecto (Pretérito)
Yo oyera u oyese
Tú oyeras u oyeses 
Él oyera u oyese
Nos. oyéramos u oyésemos
Vos. oyerais u oyeseis
Ellos oyeran u oyesen

Futuro
Yo oyere
Tú oyeres 
Él oyere
Nos. oyéremos
Vos. oyereis
Ellos oyeren

MODO SUBJUNTIVO
TIEMPOS COMPUESTOS

Pretérito perfecto (Antepresente)
Yo haya  oído
Tú hayas  oído
Él haya oído
Nos. hayamos oído
Vos. hayáis oído
Ellos hayan oído

Pretérito pluscuamperfecto (Antepretérito)
Yo hubiera o hubiese oído
Tú hubieras o hubieses oído
Él hubiera o hubiese oído
Nos. hubiéramos o hubiésemos oído
Vos. hubierais o hubieseis oído
Ellos hubieran o hubiesen oído

Futuro perfecto (Antefuturo)
Yo hubiere oído
Tú hubieres oído
Él hubiere oído
Nos. hubiéremos oído 
Vos. hubiereis oído
Ellos hubieren oído

MODO IMPERATIVO

Presente
Oye tú
Oiga él
Oigamos nosotros
Oid vosotros
Oigan ellos

FUENTE: Conjugación Larousse